Desde mi trono…
Tenemos en nuestro lenguaje habitual, muchas expresiones que relacionan nuestras emociones, con hechos fisiológicos de nuestro sistema digestivo: “se me revuelven las tripas”, “cagarse de miedo”, “no me trago esta mentira”, incluso encontramos como expresar una situación peligrosa con la comparación: “Más arriesgado que estornudar con diarrea”, los que han padecido este problema, reconocen la verdad del dicho. Es verdad, hoy hablamos de la diarrea.
Diarrea de verano
Según datos aportados por la Sociedad Española de Patología Digestiva, a lo largo del verano tiene lugar el 80% de los ingresos hospitalarios por diarrea aguda. Según estos informes esta patología se produce más en verano, porque los agentes causantes de la mayoría de estos procesos, los rotavirus y la salmonella, se multiplican más fácilmente cuando la temperatura ambiental es elevada. Este tema nos debería de alertar sobre la relación de estas subidas de temperaturas y lo que se conoce en nuestra isla como “andancio” y no consumir en estas ocasiones, alimentos elaborados con huevos crudos y mayonesas, leche cruda, alimentos crudos o semicocinados, como las ostras o pescados, etc.
No olvidemos también, el sistema de captación de aguas de galerías y otras fuentes, que al no ser tratadas, son también portadoras de este tipo de enfermedades. La toxiinfección por el agua, se produce especialmente después de lluvias, que remueven los residuos y animales muertos de las cajitas de distribución, u otros lugares del circuito. La diarrea aguda, considerada como un problema de salud pública tanto en países del primer mundo como en países en desarrollo, causa más de tres millones de muertes al año. Otro factor que puede desencadenar una diarrea aguda puede ser: infecciones, medicamentos, enfermedades crónicas, stress emocional, etc.
Síntoma y tratamiento
Los síntomas más frecuentes tras sufrir una intoxicación alimentaria son diarrea, vómitos, fiebre, pérdida de apetito, dolor abdominal y dolores musculares. No obstante, los síntomas que indican gravedad son pérdida de peso, pulso y temperaturas elevadas, sangre en las heces, disminución de la tensión arterial, irritabilidad y lengua muy seca. Ni que decir tiene que si sufre estos síntomas, acuda al profesional de la salud o directamente al centro de salud más cercano.
Si es simplemente una diarrea aguda sin síntomas graves, alégrese de que su cuerpo está reaccionando para expulsar fuera el causante de su envenenamiento. En medicina natural, tenemos algunos elementos de primera atención: cucharaditas de arcilla de uso interno, carbón activado y algunas plantas ricas en taninos o alimentos que regularán (nunca frenarán) estos síntomas.
No olvide tratar el componente mental de este síntoma, el intestino es un lugar de paso y absorción de nutrientes, si no funciona bien, examine sus pensamientos: de que se quieres librar rápidamente (en el caso de las diarreas) o de que no se quiere desprender en su vida (en el estreñimiento.
Feliz Verano.
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