Llevamos unos días grises y
plomizos que nos afectan el ánimo, nos ponemos melancólicos y tristes. En
algunas zonas de canarias se le dice a este tiempo: “panza de burro” y claro,
estar debajo de la panza de un burro, no es una imagen muy agradable. ¿Qué
podemos hacer para sentirnos mejor y hacer una realidad la frase esperanzadora
del título?
Poniendo luz en el cuerpo
Hace años cuando estudiaba
auriculoterapia (acupuntura de la oreja), me llamó la atención saber que
tenemos una zona de acupuntura que se conoce como “punto atmosférico”, para las
personas sensibles a la baja presión atmosférica. El aplicar un estímulo en
forma de aguja, láser, imán o semilla en este punto, producía una euforia que
compensaba en parte este estado de ánimo. ¡Que importante es la luz para la
vida!
En los países nórdicos se da una
enfermedad, que produce un endurecimiento paulatino de las articulaciones, en
su forma “más suave” produce un endurecimiento de la articulación más pequeña
de nuestro cuerpo: la que está entre el yunque y el estribo, dos pequeños
huesos de la cadena que tenemos en el interior del oído. El endurecimiento de
esta articulación provoca que perdamos audición en algunas frecuencias de sonido.
Un tratamiento alternativo para evitar esto, es tan simple como poner una
fuente de luz pequeña en la frente durante unos minutos; nuestros huesos del
cráneo son un poco translúcidos y permiten el paso de la luz que a su vez
estimulará un centro receptor de esta, con lo que nuestro cuerpo producirá una
sustancia química para ayudarnos en este problema.
Tenemos receptores de luz en los
sitios más inverosímiles, el Jet lag, también conocido como descompensación
horaria, es un desequilibrio producido entre el reloj interno de una persona
(que marca los períodos de sueño y vigilia) y el nuevo horario que se establece
al viajar en avión largas distancias, a través de varias regiones horarias.
Para compensar este problema, se recomienda poner un punto de luz en el pliegue
interno de la rodilla varias veces al día, ¿curioso verdad?
Alzhéimer y luz
La luz es tan importante para
sentirnos bien, que personas con enfermedades como el alzhéimer tienen una
mejoría evidente en su calidad de vida sólo por estar a la luz durante unas
horas.
Según han declarado recientemente
investigadores británicos: “Los pacientes con Alzheimer que durante dos semanas
se sentaron dos horas cada mañana frente a una luz brillante, pudieron dormir
más profundamente y por más tiempo que los sentados frente a una luz tenue el
mismo tiempo”,
“a la mayoría de
nosotros nos ocurre que experimentamos una mejoría del estado de ánimo cuando
estamos expuestos a la luz brillante del Sol”, dijo Allen. “A menudo encerramos a las personas con
demencia en habitaciones oscuras, con pocas posibilidades de que vean el Sol u
otra luz brillante, y eso puede empeorar sus síntomas”, según el investigador.
Que tengas un luminoso día.