Lo de “año nuevo vida nueva”, se puede aplicar a varias opciones que se presentan en la vida. En el caso del trabajo, los que hasta ahora practicábamos la medicina natural durante años, casi se nos acabó el trabajo por decreto. El 14 de diciembre la Organización Médica Colegial, decretó que a partir de ese momento, los únicos profesionales capacitados para recetar homeopatía, serían los médicos.
Tengo amigos médicos que están casi avergonzados de este cambio de actitud, después de criticar y acusar de estafadores durante años a los que usábamos esta terapia, ahora, resulta que no estábamos tan equivocados.
Y para los más puristas, les diré que no ha sido consecuencia de un estudio científico que demuestre por fin su validez. The Lancet, una prestigiosa revista, desaconsejaba la homeopatía, hace cuatro años, después de la comparación de los resultados de 110 ensayos clínicos de preparados homeopáticos con otros 110 de medicamentos convencionales demostró que los primeros curan sólo por el efecto placebo, la fe del paciente.
¿Qué interés les mueve?
La pregunta lógica que sigue es esta ¿qué interés les mueve a hacer este cambio radical de opinión? ¿Será más bien un estudio económico que científico? Si la OMS ya metió la pata con lo de la vacuna de la gripe A y se ha demostrado más sus perjuicios que sus beneficios, la pregunta es: ¿en manos de quién está nuestra salud?, ¿quieren nuestra salud o nuestro dinero? Y si la homeopatía funciona, los que hace 30 años que la usamos, de pronto ¿ya no sabemos usarla? Lo más gracioso es que dicen que esta ley es para acabar con el “intrusismo” profesional. Cuando hace años los médicos rechazaron este tipo de “pseudomedicinas”, los que quisimos aprenderla, naturópatas y médicos incluidos, tuvimos que buscarnos la vida y entendimos que la homeopatía y la alopatía son incompatibles. La filosofía que aparece detrás de la homeopatía, nada tiene que ver con lo que se enseña en las facultades de medicina. Si el día de mañana se acuerda formar en Homeopatía a los alumnos de las facultades de Medicina, habría que modificar los planes de estudio de esos centros y “desprogramar” previamente a muchos catedráticos a quienes el simple hecho de tener que reconocer la Homeopatía les va a producir urticaria. Pero que no se preocupen, podremos curársela con algún preparado homeopático. Según el Ministerio de Sanidad, a las medicinas alternativas recurre el 24% de la población y ejercen estas prácticas 60.000 profesionales. ¿Quiere decir que con estos decretos, la medicina oficial, tan denostadas por tantos “efectos secundarios”, recuperará ese 24% de pacientes, pintándola un poco con esa capita de medicina alternativa?
¿A quien creer?
Muchas preguntas, que no se responden de forma fácil ni convincente. En el último artículo del año pasado, alertábamos sobre el Codex Alimentarius que nos parece una aberración, pero ya estamos bajo esa ley. Empezamos el año con una acción que de momento parece que sólo está respaldada por España. La Comunidad Europea, ya por el 2002, pretendía “regular” también las medicinas alternativas, aunque a lo mejor lo que quieren en realidad es “controlarlas”. El señor Obama con su reforma sanitaria parece que también contempla hacer algo parecido. ¿Cuantas sorpresas más coartarán nuestras libertades? Tiempo al tiempo.
Salud. Manuel
Posted by Pilar on 28/02/2010 at 13:12
Me alegra tu valentía e independencia en este planeta que está bajo el control de intereses económicos brutales e inhumanos. Estoy encantada de ver que denuncias a esos colosos del negocio farmacéutico que lejos de representar elementos de liberación del ser humano, se manifiestan con su rostro más duro y alienante. La humanidad tienen el deber moral de emanciparse de sus propias creaciones si estas no lo ayudan a ser mejor. Me alegro de que existas.