Decir gracias y sonreir

Hace tiempo una amiga terapeuta me hizo ver que no sabía dar las gracias. Respondía con un: bien, vale, incluso un, “mucho senquiú” en andaluz, pero realmente evitaba decir la palabra: gracias. Hacerme consciente de esta acción egoísta y cambiarla, me ha dado muchas alegrías.

¿Por qué decir: gracias?

Cuando uno da las gracias, la persona que te hizo el objeto de ese agradecimiento se siente reconocida, alagada y de alguna forma pagada. Todo lo que hacemos requiere el uso de nuestra energía, el agradecimiento requiere al expresarlo usar energía, que quizás no sea equivalente a lo recibido, pero tiene esa intención.

En ocasiones nos olvidamos de dar las gracias, porque nos creemos merecedores porque sí, de todo lo que hacen por nosotros, porque son nuestros padres, es nuestra pareja o incluso nuestro empleado. Es cierto que pagamos al empleado, mis padres son responsables de mí, o mi pareja ya sabe que la quiero, eso ya lo sabe la otra persona pero… tratar con respeto y cortesía a otra persona no nos distancia sino al contrario, saber que la otra persona aprecia lo que hacemos nos hace sentir valiosos.

Ahora cuando termino de atender a un paciente, le doy las gracias incluso juntando mis manos, pensando en la palabra: NAMASTE (El Dios en mí ve y honra al Dios en ti), en un gesto de reconocimiento al dios que esa persona lleva dentro. Inmediatamente surge la sonrisa.

¿Por qué sonreír?

Estos artículos tratan sobre la salud y si alguien se pregunta donde está la salud en dar las gracias y sonreír (una cosa no puede ser sin la otra), tengo que decir que, cada vez que nos reímos: Los pulmones mueven 12 litros de aire, en vez de los 6 habituales, lo que mejora la respiración (aumenta la oxigenación o perfusión tisular). Se evita el estreñimiento. Se estimula el bazo. Es un fenómeno diafragmático contagioso, como ocurre con el bostezo y la tos. La risa es obstáculo para las emociones negativas, disminuyen la rabia, estorba la venganza y sirve para romper el hielo. La risa libera endorfinas cerebrales, es un estimulante psíquico, y por su acción en el sistema neurovegetativo, combate el estrés. La risa ocupa un lugar privilegiado en numerosas técnicas anti estrés. Estimula la producción de endorfinas y, por tanto, disminuye la intensidad de los fenómenos dolorosos.

Se hizo un estudio sobre ejecutivos estresados e hipertensos y se les pidió que cuando identificaran que estaban estresados, visualizaran al corazón sonriendo, algunos lo ponían a bailar en su visualización y el resultado fue un descenso en los valores de hipertensión y menor estrés en su trabajo. Si quiere hacer la prueba y no es el corazón su órgano problemático, haga que sonría su hígado, riñones o su cuerpo entero. Si no bajan sus transaminasas, por lo menos pasará un rato divertido y gratis.

Si tiene tantas ventajas, a partir de ahora pediré a mis amigos y las personas que quieran sentirse mejor, que me devuelva una sonrisa y que digamos gracias, por todo lo que recibimos.

Muchas gracias.

Manuel Ramos

MUY IMPORTANTE, NO TE VAYAS SIN VER EL VÍDEO.

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