Una piel de verano.

Broncearse con salud.

Desde hace años, nos advierten que la capa de ozono que rodea a la tierra y la protege de radiaciones peligrosas del exterior, está rota. Normalmente la zona donde nos dicen que se concentran los mayores agujeros es en los polos, que están constantemente vigilados por satélites que les informan a los científicos de su evolución.

Pero siempre hay algún curioso que no se fía o quiere hacer las cosas por su cuenta y es lo que hicieron unos científicos en la zona de la Comunidad Autónoma de Valencia. Desde el 2000 al 2007, la Universitat de Valencia (UV), estuvo midiendo el grosor de la capa de ozono sobre sus cabezas y descubrieron que se producían unos “mini agujeros” y que se extendían también a otras zonas de la Península Ibérica.

Es evidente que estos “hilillos” nos tienen que importar, si no queremos padecer las temibles enfermedades de la piel que en los últimos años se han incrementado en un 32%. Además, es conocida la virulencia de los cánceres de piel, con el melanoma (responsable del 80% de muertes) a la cabeza. También es cierto que el 97% de cánceres de piel que se diagnostica a tiempo se pueden curar.

La radiación ultravioleta.

La radiación ultravioleta es una radiación electromagnética con una longitud de onda más corta que luz visible, pero más larga que la de los rayos x.  No es una radiación térmica (así que tú no la sientes como calor), y no es radioactiva como la de los rayos gamma.  Más bien, es una radiación electromagnética demasiado corta como para ser vista “como luz”.  Está divida en tres tipos, longitudes de onda UVA, UVB y UVC.  El 95% de la radiación UV que sentimos es del tipo UVA.  La radiación UVC es completamente bloqueada por la capa de ozono (cuando la hay), y esta es la razón por la que la mayoría de las personas ni siquiera saben que existe.  Nosotros necesitamos protección contra las radiaciones UVA y UVB, no debemos olvidar que la fotoexposición acelera el envejecimiento cutáneo. Si usan las cabinas de bronceado háganlo con el máximo cuidado. Mejor no usarla.

Factor tiempo.

Muchas personas dicen que sus padres, trabajadores del campo, siempre estaban expuestos al sol  no padecían de tantos cánceres de piel. Esto es cierto en parte,  si miramos las fotos antiguas de las campesinas, trataban de taparse todo el cuerpo, incluso recuerdo una especie de añadido a las mangas que tapaban la parte del dorso de las manos. La piel como todos los órganos de nuestro cuerpo, es capaz de “aprender” a defenderse de los ataques continuados. Gracias a esta capacidad de adaptación estamos vivos. Sin embargo, las personas que aprovechan las vacaciones para “estar de moda” con el bronceado, son probablemente candidatos a sufrir en el futuro enfermedades en la piel. De todas formas, pensar que los problemas aparecerán cuando tengas 60 años ya no es válido, la aparición de la enfermedad se acorta por la incidencia que se da en personas jóvenes (con 20 años). También un número de lunares elevado en el cuerpo puede multiplicar el riesgo.

Aunque suene excesivo, el tiempo máximo de la primera exposición de temporada al sol no puede ser mayor de 15 minutos. Y si además tenemos el tema de los agujeros de ozono encima de nuestras cabezas pues peor. También siguen siendo las mejores horas para tomar el sol las de la mañana y la tarde, el filtro natural de nuestra atmosfera es más grueso cuando los rayos del sol dan de forma tangencial en la tierra y no cuando los tenemos sobre nuestras cabezas. Además las enfermedades de la piel son acumulativas con el tiempo por lo que deberíamos de una vez y por nuestra salud, cambiar los hábitos insanos de ir a la playa sin protección.

La protección.

Lo mejor, como decíamos antes, es evitar una exposición larga y las horas centrales del día. No obstante, según el grado de fotosensibilidad de nuestra piel, sería excelente usar una crema protectora. Para saber cual es el mejor protector tendríamos que hacer algunas cuentas, por ejemplo, el grado de sensibilidad de la piel (fototipo, edad…) y la cantidad de radiación ultravioleta que está llegando a la zona donde quieres tomar el sol. Puedes ver este valor actualizado en la Agencia Estatal de Meteorología (Radiación UV) y con todo esto no exponerte demasiado al sol. Un día de juerga al sol sin protección, puede terminar con el tiempo en una enfermedad grave de la piel. Por supuesto en Canarias este grado de radiación es extremo, incluso cuando está nublado, se pueden registrar picos muy elevados, igual ocurre en zonas de montaña y en parajes nevados.

El cáncer de piel.

El cáncer de piel se da más en las personas de piel blanca y que han pasado mucho tiempo expuestas a los rayos solares, sobre todo cuando la exposición solar tuvo lugar durante la infancia y se produjeron numerosas quemaduras solares. Aunque puede aparecer en cualquier parte de la piel, es más frecuente que se presente en la cara, cuello, manos y brazos.
Este cáncer es uno de los más frecuentes, y se calcula que se diagnostican dos millones de casos nuevos al año en el mundo. Se puede reconocer por un cambio en el aspecto de la piel, como una herida que no sana o una pequeña protuberancia. También puede aparecer una mancha roja, áspera o escamosa con tendencia a crecer.
Ante cualquier cambio o anormalidad de la piel, hay que acudir al médico. Éste puede extraer una muestra y analizarla (biopsia) para comprobar si es un tumor maligno o no. (Más información)

Dos ojos para toda la vida.

No podemos olvidarnos de los ojos, que son también muy sensibles a ésta radiaciones y algunos oftalmólogos, me confirmaban que en estas latitudes y sobre todo en los últimos años, muchas personas sufren de cataratas y degeneración macular, porque es un daño que ni se ve, ni se siente. Usar unas gafas con protección garantizada al 100% contra los rayos ultravioletas, se debería ver no como una moda, sino como una necesidad. Comprar unas gafas de calidad no tiene que ser caro si nos garantizan lo dicho arriba, en ocasiones se paga también por la moda, la montura bonita, la dureza contra la rotura, contra rayas…, si puedes pagar esto ¿porqué no? Pero lo más importante es la protección contra UV.

En conclusión, este artículo no pretende ser alarmista, sólo recordarles el mejor de los sentidos: el sentido común.

Feliz verano.

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