Una buena amiga me llamó un día por teléfono y me explicó muy apesadumbrada que su marido le había comprado un coche y no se atrevía a conducir. Hacía años que tenía el permiso de conducir pero desde que se casó, era el marido el que conducía y ahora se enfrentaba a un miedo que la paralizaba.
Tenía amaxofobia es decir: miedo a conducir. Me llegué a su casa, testé el problema y la solución la encontramos en el tapping. Unos minutos nos llevó encontrar la “palabra gatillo” es decir, la palabra que representaba para ella ese miedo a conducir. Seguir leyendo
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